Consiste en un depósito de madera para envejecer el vino. Ubicado de forma horizontal, el fondo es redondo y las paredes laterales curvas y tiene una capacidad grande de 220 -300 litros. Algunos elaboradores aseguran que la forma de los fudres incide en las características organolépticas de los vinos, otros simplemente prefieren los cilíndricos porque aprovechan mejor el espacio en la bodega. Además muchos enólogos prefieren los fudres porque cuanto más grande el depósito, mejor mantiene el vino sus características primarias.