Cómo hacer una cata sin tener ni idea
Lo cierto es que sin tener ni idea es muy difícil hacer una cata. Como todo, necesita tiempo y mucho, mucho aprendizaje. Sin embargo aquí te indicamos cinco pasos a seguir a la hora de probar un vino y evaluarlo.
7 pasos imprescindibles a la hora de catar un vino
1- Coger la copa
Una vez tenemos la copa en mano, siempre se debe coger por el tallo. De esta manera, por un lado, las paredes de la copa seguirán transparentes para analizar visualmente el vino y, por el otro, impediremos que el vino se caliente con nuestro calor corporal.
2- Envinar copa
Cuando estás en una cata, lo normal es probar más de un vino con características distintas. En estas ocasiones enjuagar la copa con agua no es la mejor solución. Lo ideal es cambiar de copa o, para ser prácticos, envinar la que tienes. Consiste en poner una pequeña cantidad del nuevo vino que vas a probar y moverlo con la mano de forma circular para que el líquido se impregne por las paredes de toda la copa. Después tiras este vino y la copa ya estará preparada para volver a llenarla y degustar el vino.
3- Fase visual
El vino debe observase en un lugar iluminado y bajo un fondo blanco. Se inclina la copa unos 45º y se observa el color. Por lo general, cuanto más rubí el vino más joven y cuando más anaranjado más viejo. Sin embargo esto no es una regla. Otros componentes como el tipo de uva o tipo de elaboración pueden influir en el color. Igualmente un vino es de capa baja o alta dependiendo de su transparencia. Es fácil comprobarlo si tras la copa de vino puedes leer un texto o no. Finalmente la densidad del vino se puede percibir a través de las lágrimas que deja en las paredes de la copa.
4- Fase olfativa
Normalmente, la fase olfativa se hace en dos pasos. Primero se huele directamente para percibir una primera impresión y, seguidamente, se agita el vino para que se abra (o oxigene) el vino y notar así los auténticos aromas. Primero se localizan los aromas primarios, estos son los que vienen de la uva y son de naturaleza frutal o vegetal. Después, los aromas secundarios son otorgados por la elaboración del vino y pueden ser desde frutales, especiados hasta lácticos. Finalmente los terciarios o bouquet fluyen agitando con más fuerza la copa y proceden de la crianza en barrica. Aquí los aromas son mucho más complejos. En esta fase, para apreciar los aromas nadie nace sabido. Cuanto más pruebes y compares más los conocerás.
5- Fase gustativa
A la hora de probar el vino lo podemos dividir en tres fases. Primero el ataque, consiste en las primeras sensaciones que tenemos al probar el vino. Aquí se pueden percibir los cuatro sabores básicos: salado, dulce, amargo y ácido. En segundo lugar, determinamos la textura del vino. Y aquí hablamos de tacto. Aspectos como untuosidad, suavidad, astringencia o rugosidad son aspectos comunes en este punto. En tercer lugar, la vía retronasal consiste en notar la presencia del vino en la boca cuando el líquido ya no está (o nos lo hemos bebido o escupido). Para ello expulsamos el aire por la nariz y si seguimos notando las sensaciones es un vino de largo retronasal.
6- Escupir o no…
De primeras escupir un vino como que no gusta nada. Sin embargo, si vas a una cata en la que debes probar mas de 20 vinos, vale la pena escupirlos. Que con tanta copa por medio puedes acabar perdiendo los papeles. Un consejo, sigue los anteriores pasos y una vez los hayas catado todos, elige el que más te guste y disfrutado enterito.
7- Información
Por último, la información del vino nos ayudará a conocer más de él. Aunque si es cierto que una cata debe ser a ciegas para no dejarte influir por precio, marca o etiqueta, la información de sus variedades, su elaboración y su procedencia son imprescindibles para entender más del vino.
