Si hablamos de Val Azul, hablamos de Eva Rodríguez. La tercera generación de esta bodega familia que ha sido fiel a sus sueños y ha conseguido plasmarlos en unas tierras y unos vinos. Directora y enóloga del proyecto, le ha sabido dar un giro de 360º a la bodega y ha pasado de producir grandes cantidades, a apostar por producciones limitadas. Pequeñas joyas vitivinícolas elaboradas de forma natural, ecológica y con un carácter muy personal que reflejan lo mejor de una Denominación de Origen que cada día está más en alza, la de los Vinos de Madrid.

El nombre Val Azul comprende dos conceptos básicos de este proyecto familia. Por un lado, val (valle) ya que está ubicada en las llanuras del Tajo y por otro Azul, nombre original de la finca Toro Azul y un color con el cual la familia Rodríguez se siente muy identificada. En definitiva, 9 hectáreas de viñedos propios, cuyos terruños cultivan las variedades Syrah, Merlot, Tempranillo y Cabernet y cuya evolución se expresa de forma culpidora dentro de la botella.

Tres son los vinos que nos presentan esta bodega: Fabio, Val Azul y Fusión. Elaboraciones que, sin saber nada de su procedencia, entran en boca como auténticos ganadores. No es raro entonces, que allí por donde pasan triunfan. Reconocidos certámenes como son Bacchus, Iberwine o Viña de Madrid confirman los hechos. Y es que hoy en día son muchos los que hacen vinos, pero muy pocos los que saben elaborarlos con un sexto sentido.

Descubre aquí nuestra cata molona del vino tinto Val Azul